Finanzas
en el Siglo XXI: ¿Hacia dónde va Venezuela? es la interrogante a plantearnos
Determinar
el riesgo de invertir en Venezuela se ha hecho cada vez más difícil.
Tradicionalmente en Latinoamérica y otros países emergentes, se ha instituido
la práctica de añadir una prima de riesgo país al rendimiento estimado de
empresas estadounidenses. La facilidad de usar como referencia el rendimiento
de empresas estadounidenses se basa en la multiplicidad de opciones de empresas
"comparables" disponibles en ese mercado.
Siempre
ha existido una discusión sobre la mejor manera de incluir el riesgo país al
evaluar inversiones. El riesgo país podría incluirse al considerar distintos
escenarios y sus probabilidades de ocurrencia. Sin embargo, la práctica más
generalizada, por su simplicidad, es el incluir en la tasa de descuento el
spread de rendimiento de la deuda soberana del país en cuestión, con respecto a
instrumentos comparables del tesoro norteamericano.
Ahora
bien, la situación en Venezuela nos presenta un caso atípico. El referido
spread de la deuda soberana venezolana presenta actualmente valores
históricamente bajos, dado los altos precios del petróleo y por tanto la
percibida buena capacidad de pago del Estado. No obstante, la alta volatilidad
del mercado de valores local y el bajo nivel relativo de inversión que se
observa en el país nos hace pensar que el riesgo percibido para inversiones en
el país no es así de bajo. No es lo mismo la capacidad de pago del Estado que
el riesgo que percibe un inversionista al meter su dinero en Venezuela; esta
disyuntiva nos obliga a ser "más creativos", a la hora de justificar
cuánto tiene que rendir una inversión en Venezuela.
Además
del riesgo de invertir en el país, otra elemento que puede impactar en el
desempeño de las empresas venezolanas es la implementación del gobierno
corporativo, entendido este, citando a la Corporación Andina de Fomento, como
un conjunto de prácticas formales e informales que gobiernan las relaciones entre
administradores y todos aquellos que invierten recursos en la empresa, y entre
los accionistas y socios.
La
experiencia internacional muestra que un buen gobierno corporativo está
correlacionado con un mejor desempeño operativo y un mayor valor para las
empresas. Estudios sobre mercados emergentes han encontrado que tener buenas
prácticas de gobierno corporativo en los países con ambientes legales más
débiles, lejos de ser una exquisitez, cobra aún una mayor importancia para el
valor de las empresas. En este sentido, el sistema legal importa menos para
empresas "bien gobernadas."
Una
excelente propuesta para fomentar mejores prácticas de gobierno corporativo es
el promover un indicador que refleje el porcentaje de buenas prácticas de
gobierno corporativo que la empresa a medir cumpla adecuadamente, según los
códigos internacionales sobre el tema; en mercados emergentes, estos índices de
cumplimiento usualmente están entre 30% y 60%. Instituir un índice al cual las
empresas venezolanas se sometan voluntariamente y donde se premie a las
mejores, aunque sea simbólicamente, contribuiría a promover mejores prácticas
en el país. Finanzas en el Siglo XXI:
¿Hacia dónde va Venezuela? es la interrogante que debemos plantearnos, para
alcanzar el éxito ante los retos que le depara al país y sus empresarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario